El perfil del empresario del Futuro.
Por: Eugenio A. Cárdenas
La realidad que converge hoy, apunta a la necesidad de crear una propuesta empresarial en donde se debe de hablar del nuevo perfil del empresario que requiere esta época que es indispensable forjar para un mejor futuro.
¿Cómo queremos ver al empresario del siglo XXI, en situación de post- pandemia, con situaciones adversas mundiales y ante un contexto tan complejo en política-social en nuestro querido México?
El papel del empresario en la sociedad y el desarrollo económico seguirá siendo el que conocemos (audaz, innovador, tomador de riesgos, comprometido) pero eso, ¿será suficiente?
¿Qué faltará en el perfil tradicional del empresario de ayer para agregarlo al perfil del empresario del hoy y del mañana, esperando no repetir los errores del pasado?
Porque lo que es evidente es que igual, no se puede continuar. Continuar sería abonar más a nuestra deuda social; la que hoy nos clama una reconstrucción de su tejido. Hay números, cifras y suficientes datos que nos gritan la gravedad del problema, por mencionar algunos:
- Incremento de la Pobreza
- La Inseguridad a nivel nacional
- La cultura desarrollada empleo informal en incumplimiento de ley
- Falta de participación ciudadana en procesos electorales
- Lo estancado que se encuentra la economía nacional sin políticas públicas acordes a este siglo.
Pasar de la palabra a la acción, es algo que se tiene que notar más. Y en ello, parece haber, hasta cierto punto, un entendimiento global de que hay que ajustar los perfiles de lo que implica ser empresario. Lo que es cierto es que sabemos en qué hemos fallado y nuestra conciencia lo sabe. Así como en nuestras empresas buscamos constantemente áreas de mejora continua, hoy se nos presenta la más grande oportunidad de mejora, ¡Que los empresarios construyamos para nosotros una nueva identidad con un propósito ejemplar de transformar a nuestras empresas en la búsqueda de una cultura para lograr una empresa plenamente humana, altamente productiva y socialmente responsable!; tres elementos que vale la pena estudiar, practicar y vivir revolucionado lo aprendido en las escuelas de negocio, universidades, cámaras empresariales y en familia.
Hace 65 años un grupo de empresarios en su mayoría católicos, emprendieron un proyecto único: la Unión Social de Empresarios de México (USEM), cuyo propósito ha inspirado a cientos de empresarios a repensar su quehacer a la luz de los principios de la doctrina social de la iglesia. Sus miembros creen en la rentabilidad de los valores como guía para la alta dirección. Donde se afirma que, si la alta dirección no está convencida de ser el principal actor social dentro de su empresa, es difícil revolucionar a la empresa en búsqueda de grandes ideales. Cabe notar que los grandes ideales deben ser promotores no sólo de búsqueda de utilidades, si no promover la justicia social teniendo claro que una cultura basada en el respeto a la dignidad de la persona es el comienzo de un mejor mañana para la empresa que quiere ser sustentable.
La USEM en coordinación con COPARMEX, ALIARSE, CEMEFI ha decidido seguir apostando a creer que las empresas en nuestro país se les debe de inspirar para perfilarse a ser promotoras del bien social para que en abundancia de bien se pueda vencer al mal, ya que muchos de los males que nos aquejan se pueden resolver con empleo formal, exportación, formación e inversión basados en una cultura de responsabilidad social.
¡Hay esperanza! Y es lo que recomienda la USEM quien representa a UNIAPAC en México, que sus siglas se traducen en la Unión Internacional de dirigentes cristianos, donde en su encuentro mundial 2022 en el Vaticano, nos confirmó el Papa Francisco que los empresarios estamos ante una nueva oportunidad para nuestro presente y mañana, coincidimos todos los asistentes de los 42 países participantes que por cierto, entre ellos 97 mexicanos de las ciudades de Aguascalientes, Mérida, Chihuahua, Morelos, Toluca, Guadalajara, Tepic, Puebla, Cancún, San Luis Potosí, Querétaro, Juarez, Cd. Guzman, CDMX, Durango y Veracruz, que el empresario está siendo invitado “a ser el misionero del siglo XXI”.
Ver a la empresa como una misión no solo de generar riqueza individual, si no ser un testimonio de vivencia en valores y principios al servicio de la comunidad que representa, es a lo que estamos invitados todos. Por lo cual, el perfil del empresario ha sido retado para incluir una formación de empresario a empresario con un sentido de hacer la diferencia con testimonio. Animemos a más y más empresarios a ser el actor social que necesita no solo la empresa sino todo nuestro bello país. Viva México.
