Fernando Zea: Reflexiones sobre el 8M
Hoy, en México y en todo el mundo, conmemoramos el Día Internacional de la Mujer.
El 8 de marzo es un recordatorio poderoso de la lucha histórica por la igualdad de género, la justicia y los derechos humanos. Es un día para honrar los logros de las mujeres, pero también para reflexionar sobre los desafíos persistentes que enfrentan en su búsqueda de equidad y reconocimiento.
En los últimos años, el 8 de marzo ha adquirido una relevancia renovada en México, donde las mujeres han salido a las calles en números sin precedentes para alzar sus voces, demandar igualdad de derechos y denunciar la violencia de género que persiste en nuestra sociedad. tomar las calles y exigir un país más seguro, más justo e igualitario. Las marchas, protestas y huelgas de las mujeres han dejado claro que el mundo —y el 68 por ciento de la población en México— ya no pueden seguir adelante sin el consentimiento de las mujeres.
Las manifestaciones, marchas y protestas han sido expresiones poderosas de solidaridad y resistencia, que han sacudido la conciencia colectiva y han impulsado conversaciones importantes sobre el papel de la mujer en todos los ámbitos de la vida.
Sin embargo, mientras celebramos los avances en la lucha por los derechos de las mujeres, también debemos reconocer que aún queda un largo camino por recorrer. La brecha de género persiste en áreas como el ámbito laboral, la educación, la salud y la representación política. Las mujeres siguen enfrentando obstáculos estructurales y culturales que limitan su pleno desarrollo y participación en la sociedad.
La violencia de género, en todas sus formas, sigue siendo una realidad escalofriante en México. Cada día, mujeres y niñas enfrentan el riesgo de violencia física, emocional y sexual, muchas veces en manos de personas cercanas y en entornos supuestamente seguros. Esta violencia, que va desde el acoso callejero hasta los feminicidios, es una afrenta a la dignidad humana y una urgente llamada de atención para la acción colectiva.
El 8 de marzo nos recuerda la importancia de seguir trabajando juntos para construir un mundo más justo e inclusivo para todas las personas, independientemente de su género. Es un día para renovar nuestro compromiso con la igualdad de derechos y oportunidades, para desafiar los estereotipos de género y para promover relaciones basadas en el respeto, la empatía y la equidad.
Como sociedad, debemos escuchar y valorar las voces de las mujeres, apoyar sus luchas y trabajar juntos para crear un futuro donde todos puedan vivir libres de discriminación y violencia. Solo así podremos construir un México más justo, solidario y próspero para las generaciones presentes y futuras.
El 8 de marzo, como todos los días, celebramos el valor y la resistencia de las mujeres mexicanas y de todo el mundo. Escuchamos sus gritos, sus susurros, sus canciones, lemas y marchas. Nos unimos con ellas para exigir un futuro sin violencia, en el que las niñas y los niños crezcan seguros, se les respete y se les dé las mismas oportunidades para alcanzar su máximo potencial.
