sábado, octubre 5, 2024
Estilo de vida

Hábitos para ser emocionalmente fuertes

Ser emocionalmente fuerte no trata de estar siempre contento, sino de mantener un nivel estable de tu estado de ánimo. Es decir, estar en paz, relajado o en armonía.

Se trata de una capacidad que se puede aprender con la resiliencia psicológica; la capacidad de sobreponerte a los acontecimientos adversos de tu vida y de desarrollarte exitosamente a pesar de esas circunstancias.

Aprender a ser emocionalmente fuerte te va a permitir superar obstáculos y eventos negativos de tu vida, y seguir perseverando para alcanzar tus metas. Es seguro que vas a tener acontecimientos estresantes en tu vida, pero si eres resiliente (En psicología, capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas) o fuerte emocionalmente tendrás la capacidad de controlarlos y de recuperarte antes.

Rasgos de una persona fuerte emocionalmente

Mira las dificultades como oportunidades

En 1914 se quemó el laboratorio de Thomas Edison y con ello el trabajo de muchos años. Sin duda, lo podrías describir como algo catastrófico y de lo que no se puede sacar nada positivo. Sin embargo, Edison eligió verlo como una oportunidad, es decir, eligió verlo de forma positiva. Dijo: “Gracias a Dios que todos nuestros errores fueron quemados. Ahora podemos comenzar frescos de nuevo”.

La idea es que las cosas que te ocurren y que no puedes controlar pueden ser tus mayores oportunidades.

Quien no se arriesga no gana y si no estás dispuesto a fracasar no podrás conseguir nada difícil o de valor. Esto va a ser siempre así; desde las relaciones personales hasta el ámbito laboral. Creer que no te mereces fracasar o que no te mereces lo que tienes solo hará que tus desafíos sean más complicados.

Si quieres ser fuerte psicológicamente, tendrás que reconocer que tus planes podrían venirse abajo en cualquier momento y no malgastar tus energías en maldecir al destino o a la mala suerte.

Adáptate al cambio

En el mundo actual el cambio es lo normal; de trabajo, de tecnología, de vivienda, de circunstancias e incluso de pareja o de amigos. De hecho, ser resiliente está relacionado con la flexibilidad. Imagínate un muelle que se puede estirar y comprimir. Así son las personas resilientes; son capaces de adaptarse al cambio, aprender y ser felices con las situaciones cambiantes.

Aunque puedan pasarlo mal por algún tiempo, se adaptan a las situaciones y acaban siendo emocionalmente estables.

Busca tu estabilidad emocional

La felicidad no es estar exaltado o riendo todo el tiempo. Eso más bien sería un estado loco. Creo que los budistas tienen la misma opinión. Ser emocionalmente fuerte no trata de estar siempre contento, sino de mantener un nivel estable de tu estado de ánimo. Es decir, estar en paz, relajado o en armonía.

La estabilidad emocional y la capacidad de mantener la mente en frío es una habilidad importante para tratar con situaciones difíciles. Suele ser un rasgo que aumenta con la edad y a menudo la felicidad aumenta con ella. La obsesión cultural por estar siempre positivo es contraproducente y poco humana.

La tristeza, disgustos, frustraciones y fracasos son cosas que también forman parte de tu historia -al igual que los momentos felices y éxitos- y que han ayudado a moldearte tal y como eres hoy. La clave, por tanto, es aprender de lo negativo y superarlo para avanzar a nuevas etapas; usar las emociones y eventos negativos para avanzar, no para atascarse.

Trabaja tu forma física

Trabajar tu forma física puede ayudarte a sentirte mejor física y mentalmente, además de a ser más resiliente. Parte de ser así es sentir que tienes control, o parte del control, sobre una situación y de que puedes resolverla a pesar de los desafíos que tienes por delante. Si no estás en forma físicamente, puede sentir que no tienes el control de tu cuerpo. De hecho, las personas que están en forma físicamente son más resistentes en el trabajo.

Céntrate en las soluciones

¿No crees que centrarse en los problemas es lo contrario a ser resiliente? ¿Cómo vas a superar un obstáculo si piensas en el problema en lugar de en la solución? Imagina que tienes que saltar un obstáculo. Te centras en el gran problema que tienes, en que es muy alta o en que te puedes hacer daño al brincar. Sin embargo, también podías haber gastado tu energía mental en pensar una solución, como buscar una escalera, pedir ayuda a alguien o en cómo cortarla.

Esto ocurre a menudo y lo puedes observar en cualquier conversación, en las noticias y en el mundo en general; la gente se suele centrar más en los problemas que en las soluciones. Si cuando surge un problema, buscas la solución directamente, te ahorrarás tiempo y lo convertirás en un hábito. Si el problema no se puede resolver, lo mejor es aceptarlo y dejar pasar un tiempo prudente hasta que lo superes.

Vive el presente

Estar en el aquí y ahora, vivir el presente, te permite ver las cosas tal y como son. De esa manera, también puedes resolver mejor tus problemas. Si quieres ser fuerte mentalmente, tienes que estar en un estado presente, no anticipar el futuro o quedarte en el pasado. Como sabes, es normal que surjan problemas o que pases por etapas con el estado de ánimo bajo.

Si vives el presente, podrás superar esas situaciones, ya que te centrarás en qué tienes ahora, en las soluciones y en tu ambiente, no en tu pasado o en tu futuro. Esta habilidad se denomina también mindfulness y está relacionada con la estabilidad emocional, menor estrés y ansiedad, y mayor claridad mental.

Sé persistente

Una especialista psicóloga encontró que la perseverancia era la cualidad que más contaba para el éxito académico.  Más que cualquier otra cualidad como inteligencia emocional, atractivo físico, salud física, o IQ. También estudió a maestros y trabajadores en diferentes ambientes profesionales para establecer qué determinaba el éxito.

“La paciencia y perseverancia tienen un efecto mágico ante el que las dificultades desaparecen y los obstáculos se desvanecen”.

Mira el punto de vista positivo

Las personas resilientes se levantan rápidamente después de caer. Pueden sentirse tristes, disgustadas o desesperanzadas momentáneamente, aunque vuelven a levantarse para encarar sus obstáculos. Para ser fuerte emocionalmente, hay que tener la esperanza positiva-optimista y la claridad pesimista. Esto te permite: ver las posibilidades, tener motivación, ser crítico y aceptar que pueden llegar los fracasos o eventos negativos.

Aprende a abandonar

Ser fuerte mentalmente es ser consciente de que en ciertas circunstancias lo darás todo y ya no podrás hacer nada más. Es importante reconocer que solo puedes controlar tus propias acciones, no los resultados de esas acciones, las acciones de otras personas o incluso el azar. Aceptar este hecho te permitirá superar los acontecimientos que están más allá de tus actos. Te centrarás en lo que puedes hacer y controlar y aceptarás lo que no puedes controlar.

A veces, la menor solución a un problema es aceptar que no lo puedes controlar y seguir adelante, evitando chocar una y otra vez contra el mismo obstáculo. Por ejemplos: saber abandonar relaciones de pareja destructivas, proyectos que están condenados al fracaso, rectificar malas decisiones.

Pues esto es lo que recomiendan los especialistas ¿Y tú que haces para ser emocionalmente fuerte?

 

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