La tecnología también se hace presente en el sector inmobiliario.
Todas las actividades humanas son susceptibles de incorporar tecnología a sus procesos y los intercambios inmobiliarios no iban a ser menos: los profesionales del sector, especialmente los que trabajan en mercados emergentes (y por ello más desconocidos y cambiantes) ya disponen de diferentes herramientas. Tienen hasta un nombre para ellas: proptech.
Con proptech entendemos el conjunto de tecnologías que hacen que las transacciones comerciales que se acuerdan en torno a propiedades residenciales, minoristas o de oficinas sean más equitativas y fluidas. Están muy vinculadas a las tecnologías de la construcción y dentro del concepto caben desde aplicativos para desarrollar plataformas de inversión a sistemas de bienes raíces inteligentes o sistemas de administración de propiedades, entre otros.
- Mercados emergentes
Y es en los mercados emergentes, mal llamados tercer mundo, donde estas herramientas se revelan como más interesantes. En Nigeria, donde la ciudad de Lagos vive en una expansión continua desde hace décadas, empresas como la startup Spleet han desarrollado un sistema de gestión de alquileres y compras que ha procesado más de 3,5 millones de dólares desde su creación en 2018 y que acumula 68.000 solicitudes sin atender. En mercados difíciles de entender para la mentalidad europea, las tecnologías proptech proporcionan asideros y abren nuevas líneas de negocio.
- El ejemplo de Airbnb
Airbnb misma es, de hecho, un ejemplo de desarrollo tecnológico inmobiliario que convirtió en un activo un bien (las propiedades privadas) del que hasta la fecha no se lograban más beneficios que los derivados de las operaciones de alquiler prolongado o compraventa. En economías con un notable nivel de informalidad como las de los países emergentes, sistemas que ponen en contacto a propietarios y potenciales compradores o inquilinos y proporcionan acuerdos directos sin necesidad de intermediaciones financieras son fundamentales y, en este sentido, Spleet es un ejemplo. Sólo en Estado Unidos, el volumen de negocio generado por las proptech crece un 16% cada año y está previsto que en 2032 genere 86.500 millones de dólares de beneficio. Y no es extraño: al fin y al cabo, seguiremos necesitando comprar, alquilar y vender casas.
