domingo, julio 7, 2024
EconomíaTecnología

Madam C.J. Walker, una empresaria afrodescendiente que marcó una gran diferencia.

La creciente industrialización a principios del siglo XX creó un auténtico boom económico para Estados Unidos.

Lo que de alguna manera, dio origen al “sueño americano”, el país de las  oportunidades para conseguir realizarse, principalmente en términos económicos.

Como parte de esta revolución económica, muchos emprendedores no  provenían de familias ricas, lograron hacerse millonarios.

Tal es el caso de Madam C.J. Walker, considerada la primera mujer en el país que se convirtió en millonaria gracias a la construcción de un imperio cosmético.

Su historia ha sido contada en diversos sitios. Existen alrededor de 200 libros, ha sido protagonista de exhibiciones en museos y no hace mucho, Netflix lanzó una serie que relata la vida de Walker.
De hecho, en Nueva York hay una calle que lleva su nombre.

De la pobreza a la fortuna…

 

Sarah Breedlove, nació en Luisiana, en el seno de una familia pobre en, en 1867.

Sus padres eran esclavos.

Walker, era lavandera y supo ver una oportunidad de negocio, y a pesar de las trabas en su camino, consiguió convertirse en una empresaria de éxito.

Posteriormente, aprovechando su posición se consideró una filántropa de su época.

Al momento de su muerte, era ya una de las mujeres de negocios más ricas del país.

La primera estadounidense en crear su propia fortuna

En la historia de los Estados Unidos, se sabe que esta mujer construyó su imperio, que le consiguió poder y dinero.

El libro Ginness de los récords, le otorga distinción al contar con más de 1 millón de dólares, cuando murió  a sus 51 años, en 1919.

Consiguió su imperio cosmético, por un problema de salud causado por el estrés  y los nervios. Comenzó a perder cabello.

Por temor a quedarse calva, con la ayuda de sus hermanos barberos, ella empezó a probar diferentes productos y terminó encontrando un antídoto.

Se trató de una fórmula para que el pelo volviera a crecer.

La creación funcionó a tal grado que otras personas comenzaron a probarla.

Es así como Madam C.J. Walker inició su negocio.

En el inicio del siglo XX, los estándares de belleza contaban con la influencia del estereotipo de la mujer europea blanca, y para entonces, no existían productos para resaltar la belleza de las mujeres negras de la época.

De esta manera, Walker ayudó a las  mujeres a transformarse a sí mismas, a tener más confianza y ayudarlas en su economía.

La creciente demanda de los productos de Walker, encaminó a contratar más personal, lo que fungió como formación para otras mujeres.

Es así como nace la fábrica The Walker Manufacturing Company.
También contrataba hombres en sus diferentes establecimientos, Estados Unidos, América Central y el Caribe.

Walker acumuló una importante cantidad de propiedades y con su fortuna y poder, ayudaba a luchar por las garantías individuales de las personas afrodescendientes de los negros en Estados Unidos.

A pesar de su fortuna y su éxito como empresaria, no logró evadir el sexismo y racismo de esa época.

Madam C.J. Walker tuvo una vida dura, pero la perseverancia y constancia la ayudaron a prosperar.

Dejó un legado en los productos de cosmética, en cuanto a diseño de productos y fabricación.

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