domingo, septiembre 22, 2024
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Mujeres e inversión: el potencial detrás de la tecnología

Las caras y las historias más conocidas en el mundo financiero suelen ser masculinas. Los héroes y los villanos, la épica del dinero en general está marcada por nombres de hombres que han dado forma a cómo se suele pensar sobre el mundo del dinero, y esto ha creado enormes prejuicios que en realidad carecen de fundamento, porque cada vez hay más evidencia de que las mujeres no solo son un factor de mayores retornos para las empresas, sino que también son mejores inversionistas que los hombres.

Un estudio realizado por Fidelity Investments publicado este año y que analizó las cuentas de 5.2 millones de clientes, reveló que en un periodo de 10 años sus clientas obtuvieron un retorno anual 0.4% mayor que sus contrapartes masculinas. Parece poco, pero se trata de una cifra que a lo largo del tiempo puede resultar en cantidades importantes de dinero.

Este mejor desempeño de las mujeres no es una mera casualidad. Ellas suelen hacer una menor cantidad de movimientos financieros, con ello incurren en menos pagos de comisiones y también invierten de forma más consistente. Sin embargo, la mayoría no siente suficiente confianza sobre sus habilidades para invertir, pues consideran que necesitan mayor conocimiento para hacer inversiones razonables o tomar decisiones serias de inversión.

En el mercado mexicano también existe evidencia sobre el impacto que tienen las mujeres sobre el mundo del capital privado. De acuerdo con el Estudio de Diversidad e Inclusión de Género de la Asociación Mexicana de Capital Privado, 91% de las personas que toman decisiones de inversión en los fondos mexicanos son hombres a pesar de que las empresas con mayor proporción de mujeres en los equipos de alta dirección y en los Consejos de Administración tienen un mayor retorno de capital, mayores valuaciones y mayor pago de dividendos.

Otra evidencia de que las mujeres no son ajenas al dinero, es que durante la pandemia tomaron control sobre las finanzas personales y priorizaron el ahorro, la planeación financiera así como los beneficios de pasar del ahorro a la inversión, sobre todo porque tres de cada diez familias en México son encabezadas por una mujer según el censo de población del Inegi de 2020,.

Asimismo, de acuerdo con el estudio de Fidelity, el 50% de sus encuestadas dijeron estar más interesadas en invertir que antes del inicio de la pandemia y el 65% de ellas dijeron que estarían más dispuestas a invertir si tuvieran claridad sobre cómo hacerlo.

Aquí es donde se vuelve crucial el papel de la tecnología. Hace unos meses, Flink, la plataforma mexicana de inversión en acciones fraccionadas reportó que de sus más de 1 millón de clientes, el 85% invirtió por primera vez a través de su aplicación y del total de sus clientes poco más del 40% eran mujeres. ¿Qué cambió? La tecnología redujo la distancia entre las personas y el sistema financiero, y esta ecuación aplicada a las mujeres tiene un potencial para el que aún no hay siquiera mediciones.

Pero sí sabemos, por ejemplo, que más de la mitad (51.5%) de los 74.3 millones de internautas en México son mujeres y que casi 70 millones de usuarios se conectan a internet desde un teléfono inteligente. De allí la importancia que tienen las nuevas tecnologías para ampliar el acceso al sistema financiero, especialmente para las mujeres.

Cifras de Mckinsey Global Institute señalan que el PIB mundial se incrementaría en un 70% para el año 2025 si se cerrara la brecha laboral de género. Es momento de que comencemos a imaginar lo que sería posible si se cerrara la brecha de la inclusión financiera, y para ello la clave está en la tecnología-

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