Publicidad y propaganda, 2 formas de persuasión
Nuestra sociedad está constantemente bombardeada por mensajes publicitarios y propagandísticos, que pretenden alterar nuestra conducta y orillarnos a buscar productos, servicios o ideas.
A pesar de estar rodeados y sumergidos en ellos, no siempre captamos los matices de la información que intentan vendernos. Por ejemplo, solemos considerar como sinónimos los conceptos publicidad y propaganda que, aunque están relacionados no son idénticos. Distinguirlos es básico para comprender la comunicación persuasiva que utilizan las empresas y organizaciones.
Para establecer diferencias entre publicidad y propaganda, es necesario tener claro a qué se refiere cada uno de estos conceptos. Entendemos como publicidad al conjunto de estrategias para difundir o generar aceptación y atracción de un producto o servicio. La comunicación persuasiva de la publicidad genera necesidades y llama la atención del consumidor sobre un estímulo, producto, ente o realidad. La publicidad es de índole subjetivo y se emplea primordialmente en el ámbito comercial, buscando obtener un lucro.
Por lo que hace a la propaganda, podemos definirla como el conjunto de estrategias que buscan generar un cambio en la ideología y la conducta de una persona, a través de comunicaciones persuasivas. La propaganda, por lo general, no busca lucrar, sino generar modificaciones en la conducta del público.
Ambas formas de comunicación utilizan la emocionalidad para conseguir sus objetivos, y contemplan la tergiversación de la verdad para alcanzarlos. Publicidad y propaganda suelen emplear elementos del otro concepto para alcanzar sus metas. La diferencia entre una y otra es muy fina y es difícil encontrar elementos que las separen.