jueves, julio 4, 2024
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Qué es la Metodología Lean en procesos productivos

Si alguna vez has escuchado sobre “la metodología Lean”, debes saber que se trata de un nuevo método de gestión de procesos desarrollado por una empresa.

Está diseñado para limpiar actividades que no aportan nada para obtener al final un producto y servicio al cliente de alta calidad.

 

¿De qué trata la metodología Lean?

El Lean es un método innovador que optimiza los procesos de gestión y producción de las empresas que lo implementan. Por lo tanto, se utilizan menos recursos, lo que hace que cada proceso sea más eficiente.

Su máxima es reducir la inversión, el tiempo y el esfuerzo.

 

Se trata de una filosofía de gestión empresarial nacida en la década de los ochenta, en Japón, de la mano de Taiichi Ohno, ingeniero de Toyota.

En aquella época, se centraba en conseguir que la fabricación de vehículos de la marca fuese más eficiente.

La idea fue exitosa porque era posible mejorar el rendimiento a través de dos objetivos claros:

 

  • Suprimir todo lo que se considere un desperdicio
  • Identificar lo que alenta el proceso de producción

Desde entonces, este método pasó a ser aplicable en todas las fábricas automotrices en japón y pasó a exportarse al resto del mundo.

Con el paso del tiempo, se demostró que es aplicable a cualquier sector, empresa o persona que desee introducir o mejorar los productos o servicios en el mercado.

Es así como surge el Lean Manufacturing, en 2011.

 

¿Qué tomar en cuenta para emplear la Metodología Lean en procesos productivos?

 

  • Estado actual de la compañía y posicionamiento de ésta dentro del mercado.
  • Relación de la compañía con la totalidad de los grupos de interés (stakeholders).
  • Ubicación del producto dentro del nicho del mercado al que pertenece.
  • Funcionamiento y estado actual de los medios humanos y recursos productivos con los que cuenta la planta.
  • Variabilidad existente en lo que respecta a la demanda de los clientes y la oferta de los proveedores de la compañía.

 

Puntos clave:

  • Definir el valor y hacerlo desde el prisma del cliente, que es quien necesita una solución.
  • Determinar la cadena de valor para poder mejorar, eliminando los desperdicios.
  • Crear un flujo dinámico en el que siempre se aporte valor.
  • Generar el tirón o pull del cliente, cuyo pilar sea la demanda real y no una perspectiva a largo plazo.
  • Mejora constante para conseguir la excelencia.

 

Seguidamente, dentro de sus ventajas se puede percibir, además de la mejora en la productividad existen otros como: reducción de costos, clientes satisfechos, menos riesgos, reducción del plazo de ejecución y de las actividades sin valor y trabajo en equipo.

 

 

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