Saber distinguir los emprendimientos de baja rentabilidad
Las empresas con bajos márgenes son las que exigen más de lo que dan.
Desde el exterior, parecen ser negocios prósperos porque sus jefes nunca dejan de trabajar, nunca tienen tiempo, siempre compran suministros o preparan pedidos.
A simple vista puede parecer un sueño, pero al analizarse bien, se toman en cuenta detalles que no se tuvieron en cuenta al principio de la campaña, es decir, emprendedores que parecen entregarse para todo.
Sin mencionar que dejan de lado si pueden costear los gastos.
¿Cómo se debe hacer este tipo de negocios?
Una característica distintiva de estas empresas es que el empresario a veces siente que su empresa le está «dando dinero».
Con base en esto último, en definitiva ocurre así.
Se le paga por su trabajo cuando vende y proporciona sus productos o servicios. En este punto, el emprendedor comienza a recaudar fondos y se produce la idealización del comercio.
En mayor parte, quien emprende principalmente lo hace por sus beneficiosas características como disponer de tiempo libre, libertad económica y de tiempo.
Gran parte de la problemática es que el dinero generado se tiene que reinvertir para nuevos objetivos o insumos para que el emprendimiento siga en proceso.
¿Cómo se determina la rentabilidad de un negocio?
La respuesta tiende a ser sencilla en muchas maneras. Por lo regular no se tiene en cuenta o se minimiza.
La variable que rige toda la fórmula es el tiempo.
Tiempo de producción/procesamiento del producto que se pretende vender.
El tiempo para gestionar tus ventas: haz fotos, edita, actualiza tu red y herramientas de venta… sin contar el tiempo de gestión que supone cada empresa.
La variable tiempo es importante ya que determina el ingreso máximo que se puede generar por día en función de la cantidad de horas que se trabaja cada día.
Para que un negocio sea rentable, se debe intentar la remuneración por venta.
